viernes, 20 de mayo de 2022

Fragmento 11. La chica del Jazz.

... Llegué al festival de Jazz. El ambiente fiestero se unía con leve aroma a libertad, luces por doquier iluminaban los carritos de comida y cerveza artesanal. Fui con la esperanza que iba a ser una noche tranquila. Poco a poco fui teniendo antojos de comerme un sandwich de carne mechada con queso y compré una cerveza para probar el producto artesanal de la zona, mientras, a lo lejos se escuchaba el bajo en combinación con la batería. Disfruté cada bocado y cada sorbo de lo que compré mientras festejaba con mucha dicha, el momento único que me puse a vivir. Una vez, terminado mi pancito decidí ir hacia las gradas, para disfrutar del show que tenian los invitados al festival. Noche típica en San Bernardo, es decir, la clásica brisa fria y humedad ambiental precisa para vestir un chaleco de lana.

Comienzo a subir la grada, y me siento en la fila más alta, la quinta para ser exacto. Comencé enredarme en la música, es genial como los instrumentos conversan al compás clásico del jazz urbano. Al lado mío una mujer se me acerca y me pregunta, si estaba sólo o estaba esperando a alguien, entonces respondo que me atreví a venir solo, pues, mis amigos no tenían tiempo ni ganas de distraerse a ver un poco de jazz. Acto seguido, le devuelvo su pregunta inicial, ya que nadie se atreve a preguntar por la soledad del otro sin estar solo primero. Efectivamente, la joven estaba sola, así que nos pusimos a hablar sobre lo cotidiano de un festival de jazz, es decir, temas directamente relacionados con la noche, la organización y la música. 

Terminó la banda que tocaba al comienzo, póstumamente sube un pianista, quien se posiciona en un piano de cola. Comienza con una cancion lenta. Al parecer la mujer a mi lado le pareció conocida. Poco a poco se comenzó a acercar a mí, y me abrazó el brazo, y empezó a acariciar mi chaleco. La miré de soslayo y le vi un pequeño riachuelo rozando si cara, pues al parecer, sus recuerdos se despertaron con el suave masajeo de las teclas del pianista. Vi que ella necesitaba que mi brazo estuviera ahí, pero no quise cruzar palabra alguna, no queria forzar a que me hablara por la sencilla razón, que ambos queríamos escuchar su canción.

La canción daba para recorrer muchos momentos, así que imaginé por lo que estaba pasando, mi mente comenzó a simular su situación, pasando por pasados amorosos nefastos, historias familiares, felicidades eternas y significativas entre otras. 

Terminó la cancion, ella me suelta el brazo, se seca las lágrimas, me pide disculpas y se retira del parque. Nunca más supe de ella, disfruté del ultimo sorbo de mi cerveza y me quede un rato más...

Agnadhi du Anghi 

viernes, 13 de mayo de 2022

Arte

En estos párrafos se relatan muchas emociones parceladas, pintadas con diferentes tonalidades y matices. Dibujadas con la dedicación de un maestro, quien expone su experiencia más pura en tratar de dejar una obra de arte hermosa.

Al pensar en obras de artes, mi mente comienza a indagar en la memoria, cruzando pasajes neuronales, vivenciando el almacenaje enorme de experiencias guardadas con gran cariño. El objetivo de la busqueda, es encontrar todas las obras artística que he vivido, sin embargo, hay una que se me viene a la mente, aquella más ferviente de todas. Todo comienza con unos rizos en su cabellera, una frente un poco pronunciadas, orejas redonditas, cejas suaves, rapado en los lados para hacer brillar ese color lindo que te queda. Una nariz tierna, con una pequeña protuberancia en su tabique, unos labios carnosos que encarnan un cariño enorme, unos ojitos maravillosos con un color potente, unas pestañas turgentes resaltando las hermosas perlas que cubren esos párpados.

Complementando con la palabra hermoso. Bendito sea tu aro, que me muestra que el infinito puede potenciarse infinitas veces, me hace pensar en como una belleza infinita puede seguir creciendo y encandecer mi mirada, mi análisis, mi apreciación de la real vida. Saber que mis manos han tocado la obra maestra pura, me hacen sentir que estoy vivo. Le da la razón a Aristóteles, quien decía que la realidad se mostraba en los sentidos, en consecuencia, cuando te acaricio me hace aterrizar y me hacer lo que realmente eres. La esencia mas pura y hermosa. Mi inspiración de estos párrafos y la mezcla perfecta de lo que puede pensar un ser humano. Jamás pensé que lo inimaginable pudiese tener forma, que existiese una persona, que tuviese características celestiales caminando entre los mortales. 

No solo es tu belleza natural, lo que te hace ser una obra de arte. Sino que tus sentimientos, tus ganas de ser masajeado, tu cariño incondicional, tu capacidad de volverte único cuando te encariñas, la risa pegajosa que ilumina mi día, que se complementa con tu dentadura, y hace que me pierda en el espacio tiempo que dejan tus ojos color sol. Tu luz me da mas vitaminas que estar expuesto al sol, tus manos son suaves  y se vuelven la mejor almohada cuando me acaricias con cariño. Tu fortaleza moral, tu poder resolutivo al superar problemas y ese espíritu de justicia le da las aplicaciones precisas para que, como obra de arte, te vuelvas auténtico. 

La autenticidad tuya la amo, así como eres capaz de quererte sabiendo que estoy lejitos. Lo mejor de esta hermosura, a quien catalogo como la obra de arte, es que siento su corazón conmigo todos los días, veo las fotos que le saqué y me vuelvo a enamorar de la obra. Da vinci se sentiría envidioso del pintor que te creó, Van Gogh no podria explicar el surrealismo de tu ser. Me refiero especificamente a tus rasgos celestiales que representan tu Alias. Qué diría Miguel Ángel, al verte desprender esas grandes alas que definen tu futuro lleno de sueños. 

Bendito sea el tiempo de estar cerca de ti y poder admirar la más hermosa obra de arte, aquella que bajo del cielo y me da paz con tan solo observarte. La paz que añoro todos los días para poder admirar a tan hermoso ser. Al luchador, trabajador, defensor, amante de los animales, mejor compañía, gracioso, precioso, justo, y con un gran corazón como lo eres tú.

Eres natural, refiriendome a que eres la representación pura de los 4 elementos: Eres tierra, por tus firmes convicciones, el piso indudable de un futuro grandioso y los cimientos de mi cariño hacia tí. No te dejas romper por cualquier cosa. Y eres capaz de defender con uñas y dientes quien sobre pase tus limites. Eres Fuego, pues me haces arder en llamas solo cuando te veo y comparto tiempo contigo, enciendes mi llama interna y me complemento contogo. Eres agua, pues te adaptas a mi círculo, mis amigos, mi familia y a mi mundo, eres vitalidad relativa al agua y eres pureza esencial. Eres aire, pues estas presente en toda mi vida y en particular en cada respiración, eres la ventilación natural de mi estres cotidiano abrazándome con tu brisa exquisita que tambien acaricia mi tez. 

Espero volverte a ver, para sentirme cerca del origen de mi paz, del cuadro más bello que he visto jamás y volver a encontrarme con ese sentido tan hermoso que le das a mi vida. Gracias lindo arte, gracias hermoso, gracias sonrisa majestuosa, cabello rebelde y espíritu libre.

Agnadhi du Anghi

viernes, 6 de mayo de 2022

Fragmento 9. El compromiso de Miguel


II

Despierta en su cama, pero algo sale de lo habitual, no trae puesto su pijama, solamente lleva puesta la polera que usó la noche anterior, entonces gira la cabeza y observa que sobre su cómoda se encuentra su pantalón con muchas arrugas y desordenado, algo extraño sucede con Miguel, siendo que siempre es prolijo con su propio orden, se pregunta en voz alta.

  • ¿Qué está pasando conmigo?

  • Debe ser la mayoría de edad – se responde.

Algo raro anda en él, se toca los labios con la mano, los nota un poco partidos, se los saborea para humedecérselos y se le vienen recuerdos entrecortados de la situación estelar de la noche y vuelve a sentir su corazón latir fuertemente, soltando una carcajada.

  • ¡Cumplí 18 años y me volví más incorrecto, más loco! – sonríe mientras lo piensa –

  • ¿Lo incorrecto? – se cuestiona –

  • Sí, incorrecto – afirmándolo - ¿Estará dentro de lo normal, o no?

Las dudas de lo que pasó anoche invade la cabeza de Miguel, el cual se queda meditando en la situación por un prolongado tiempo, mirando el techo de su habitación, los pájaros cantando, y el sol pegando en la ventana. De pronto él comienza a reír, al fin y al cabo se siente feliz, algo confuso, pero sin embargo alegre por dentro.

De repente se escucha la voz de la madre

  • Hijo, ¿Te encuentras bien?

Miguel se puso nervioso, pensando - ¿acaso habrá descubierto algo?, ¿y si David le dijo?, al pensar en el nombre de David, se le apretó el abdomen y pregunta.

  • ¿Por qué mamá?

  • Es que como siempre te levantas temprano, estaba preocupada – afirma Mirta, con tono de duda.

  • ¿Qué hora es? – grita Miguel

  • Las 2 de la tarde – Responde.

Un poco asustado se pone el pijama para disimular que no se había acostado como era de costumbre, a su vez, dobla sus pantalones y los puso en orden, suelta una carcajada y visita el baño contiguo, se mira al espejo, su rostro parece un poco cansado, porque se había dormido muy tarde, pero sus ojos claros, brillan como nunca. Se moja la cara, el agua roza su boca provocando en él, una serie de recuerdos que despiertan emociones de Miguel, se toma las manos y se le viene a la mente la imagen de aquellas manos firmes y suaves de su compañero de baile, suspira y se enoja.

  • ¡No puedo estar pensando permanentemente en ello! Yo soy un hombre y estas cosas no deben pasar. Me doy asco. ¿En qué estoy pensando? Me siento invadido – Todos esos pensamientos le llegaron mirándose al espejo.

  • ¡Apresúrate hijo, que el almuerzo se enfría! – Grita Mirta impaciente.

  • Sí madre, bajo en seguida – Responde Miguel.

Miguel algo ido, baja despacio las escaleras y se divisa la mesa preparada para almorzar. Al bajar a sentarse a la mesa, Miguel se disculpa con su madre.

  • No te preocupes hijo – Responde Mirta – oye, tu padre llamó, entonces, fui a ver si estabas despierto para pasarte el teléfono que dejaste abajo y no te encontré el pijama puesto, ¿Estabas cansado anoche? – pregunta. 

Miguel, un poco nervioso, se asusta y no responde.

  • No te preocupes hijo, eres mayor de edad y entiendo que por acostarte tarde no te pusiste el pijama, sin embargo, no me enojaré si no te pones el pijama de noche, no era necesario hacerlo a las dos de la tarde. – dice Mirta.

  • Gracias por tu comprensión, madre.

  • De nada, ¡ya, siéntate que se te enfriará la comida!

Miguel enciende la televisión para poder disimular lo distraído que está. Sin pronunciar ninguna palabra, le da pequeños bocado a su arroz con pollo. Así como la culpa invade su cabeza, este saborea en silencio cada pequeño sabor, mirando el televisor sin entender nada de lo que está pasando en él. El vapor que emana de su plato caliente lo que produce que Miguel transpire más de lo habitual, esto hace que su atención se concentre en sus manos, las cuales tiemblan porque al parecer estaba más cansado de lo habitual, o simplemente tenía miedo de lo que puede suceder en el futuro. El silencio predomina en la mesa en todo el proceso del almuerzo.

Terminado de almorzar, Miguel se levanta de la mesa, toma los platos y los lleva a la cocina para lavarlos, mientras tararea una canción al azar, lava los platos con felicidad. Una vez finalizada dicha tarea, va a encender el calefón para poder bañarse tranquilo. Toma la toalla y se dirige al baño, sube las escaleras fingiendo naturalidad, se dirige a su habitación, coge ropa interior y ropa de verano, ya que aún se encuentra en el mismo febrero caluroso, mira por la ventana y se cuenta que hay un sol radiante, tan brillante que su brillo hace enceguecer a Miguel.

  • Después, de todo lo que uno hace la Tierra sigue girando de la misma forma – reflexiona.

Suelta una risotada nerviosa, sin embargo comienza a sentir un ligero sentimiento de tristeza.

Al entrar al baño, se mira al espejo aquella mirada culpable que transmiten sus ojos color miel, una pequeña inocencia se ha apagado, con lo que ocurrió la noche anterior se le vienen recuerdos de David a la mente, y empieza a pensar si él estará recordando y sintiendo lo mismo que Miguel. Reflexionar lo que sucedió en aquella fiesta, en lo bien que bailaron juntos, en el momento de tomarse la mano, en cuanto sus labios se juntaron y se sintió ese ligero palpitar de dos labios nerviosos, tras besar por primera vez a un chico.

  • ¡Basta de pensar en él! – se regaña – Deberías estar pensando en Francisca o ¿se te olvida que también te besó ayer? – realizándose la pregunta hacia sí.

Al ducharse y palpar el agua tibia corriendo en su suave piel, se imagina diversas posibilidades tales como: Francisca y David conversando juntos, o los tres juntos con Miguel, o si su madre hubiese descubierto que David lo flirteaba.

  • ¡Qué horrible, David no se va de mi cabeza! – exclama – No quiero ser gay, no es moral – dice apenado.

  • Esto es terrible, debo mantenerlo en secreto, hasta que llegue una mujer que me cosquillee el corazón.

Miguel se puso los bóxer, los pantalones y sale del baño, exponiendo su abdomen marcado, a buscar su cámara, luego se pone una camisa con manga corta, sin abrocharla en el medio y se toma una fotografía.

  • Esta foto la llamaré, “la culpa de un error”. ¿Error?.... ¡sí, error!

Miguel termina de vestirse y comprende que el mundo está lleno de sorpresas y que éste se lo construye uno, teniendo en cuenta que aún le falta mucho para vivir cada día. De pronto se detiene, porque se le ocurre mirar su celular. Ve el contacto “Francisca” junto con el de “David” como números marcados, y recordó que el día anterior, él los tuvo que llamar para que guardaran su número de teléfono, acto seguido, se dio cuenta que tenía dos mensajes de texto uno de Francisca y el otro de David, sintió nervios y una ansiedad inexplicable para leer el segundo mensaje.

“Lo de ayer fue magnífico, sobre todo con el ambiente del aviario, fue como un sueño cumplido y más si fue besar a un chico tan hermoso como tú, la verdad quiero conocerte más, nos podríamos juntar un día, ¿Qué dices?

Atentamente: Francisca”

Al leer este mensaje, Miguel sonríe, sabe que no le gustó el beso, ni tampoco le llamó la atención, ni se sintió cómodo charlando con ella. Sin embargo él sabía que estaba correcto andar con chicas porque todos los hombres que él conocía, menos David, andaban con mujeres, así que estaba pensando en responderle.

Abrió el siguiente mensaje:

“Me gusta como besas, la timidez y tu inocencia me cautivan, pero me siento culpable, ya que te saqué de tus esquemas, al saber que no confiabas en mí y que te resguardas. Me fijé que eres un poco formal y la verdad perdón.

Un abrazo. David”

  • Vaya, David me comprende mejor que nadie, siendo que nos conocimos anoche – dice Miguel tras leer el mensaje

La frase, “me gusta como besas”, deja a sus sentidos paralizados, porque jamás pensó que él también disfrutó del baile que le dejó un laberinto emocional.

  • Está bien que se haya disculpado – habiendo pronunciado estas palabras, soltó una risa nerviosa

Le responde inmediatamente el mensaje.

“La verdad, es que sí me sacaste de los esquemas, pero no te sientas culpable, si al final fui yo el que accedió a bailar contigo, la verdad no creo que se vuelva a repetir.

Un abrazo, Miguel”

Después de haber enviado aquel mensaje, se sintió un poco mal, porque creyó que el mensaje escrito fue un poco frío.

  • Al parecer, pensar demasiado me hace mal – se dice Miguel – mejor saldré un rato a ver a Joaquín.

Miguel baja las escaleras y su madre, que estaba en el comedor, le dice:

  • Te demoraste mucho en el baño y eso es poco usual en ti –

  • Es sólo que tengo sueño, no te preocupes – dice Miguel – iré a ver si está el “Juaco” en su casa.

  • Verdad que te acostaste tarde – dice Mirta – ¡Dale mis saludos!

Éste asiente con su cabeza y sale de su casa, aunque la temperatura descendió unos grados, el calor es sofocante de igual manera. Son las cuatro y media de la tarde y el aire refresca el rostro de Miguel, dándole suaves caricias para relajar su rostro del calor inminente. Esta brisa lo motiva a sentarse en la acera antes de visitar a su amigo, mirando la calle, aireándose para que retoque cada uno de los poros de su delicada piel.

Aquel momento ideal para seguir dándole vueltas al asunto, al punto que comienza a caer una lágrima al asfalto.

  • ¿Qué has hecho? Si yo solo soy un joven tranquilo, ¿Por qué me gustó tanto haber estado junto a David anoche? ¿Por qué aún sigo pensando en él?

A lo lejos, se divisan dos siluetas caminando juntas, éste seca las lágrimas de su cara, puesto que no le gusta que mostrar su debilidad ante nadie, mucho menos a desconocidos. El par de siluetas ya se vuelven dos personas tomadas de la mano, Miguel sostiene la mirada observando con detalles la situación. Dos hombres atados con sus dedos, uno delgado y el otro de contextura media, ambos utilizando poleras sudaderas y pantalones cortos, no se percataron de aquella presencia que los miraba con tanta atención. El más delgado al parecer era más joven que el otro, lo distinguió por unos rasgos faciales, aunque era probable que él cayera en un error por estigmatizarlos.

A unos metros de donde se situaba Miguel se encontraba aquella pareja, esta se abraza con pasión y se besan mutuamente como si no hubiera mañana, bajo el mismo  aire y el mismo cielo que él, unían sus esencia, a través de la chispa que despertaban sus labios al chocar y producir un sonido único que reconocía cada miembro de aquella pareja. Acto seguido de aquellos besos, recomienzan su paso calle abajo, como si ese encuentro nunca hubiese pasado.

  • ¡Todo el mundo está en mi contra! – exclamó el chico – al parecer suceden “anormalidades” en todas partes – comenta entre dientes.

Sin embargo, no podía quitarse la suavidad de las manos y los labios esponjosos de David comparables con algodón de azúcar, por lo dulce que se sentían al probarlos en aquel momento. El corazón comienza a latir fuertemente a tal punto que su cuerpo entró en un estado de ansiedad, decide tomar el teléfono y llamar a David.

El sonido típico del teléfono agravaba su estado ansioso, cuando de pronto se escucha la voz de David, aquella voz suave hizo que Miguel le sudaran las manos y se le apretara el estómago. Su voz se notaba tranquila, el emisor de la llamada se puso tan nervioso, que decide cortar sin pronunciar ninguna palabra.

No pudo alzar la voz, o emitir un pequeño sonido ya que este no tenía nada preparado, ni siquiera un pretexto para encontrar una conexión y tener una conversación fluida, necesitaba al menos un ensayo para encontrar seguridad en sí mismo y atreverse a volver a hablar con él, para poder hablarle algo distinto de lo que pasó en aquel momento.

En eso vibra su celular, le ha llegado un mensaje:

“¿Qué pasó, te encuentras bien?, me dejaste preocupado con tu llamado. David”

Rápidamente late el corazón de Miguel ante el mensaje recibido.

“La verdad no me pasa nada, solamente estoy algo confundido, por lo que pasó anoche y la verdad me gustaría, si no te molesta por supuesto, juntarnos a conversar, pues no me quedó la mejor imagen de ti, también necesito que me aclares algunas dudas. Miguel”

Miguel con muchas preocupaciones, preguntas y miedos, envía el mensaje, el cual demora en ser respondido. Éste comienza a dudar si le llegó el mensaje correctamente o tal vez David duda en responder, quizá el mensaje escrito pudo espantar a su nuevo amigo. El sonido de su celular lo calma, al mirarlo se da cuenta de la respuesta de David.

“Ok, me parece una gran idea, además así continuamos, solo dime el lugar, fecha y hora y ahí estaré. D.”

“Nada de besos David, puesto que la última vez me dejaste muy pensativo ¿te parece en el cerro San Cristóbal, mañana como a las cuatro de la tarde? M.”

“Ja ja, ok, pero no te prometo nada, nos vemos allí, un abrazo. D.”

  • ¡Mmm!, un abrazo – piensa Miguel – le robaría uno yo jeje.

  • ¡Ah!, debo dejar de hacer dos cosas, la primera: Dejar de hablar solo; y la segunda: Dejar de pensar en David – dice Miguel

Se levanta de donde estaba sentado, se dirige donde Joaquín, para saber qué trama para hoy.

Habiendo llegado donde su amigo, decide llamarlo a su celular para que éste le abra la puerta. Joaquín sale con su pelo graso, lo que evidencia que la ducha no acarició su cara esta mañana.

  • Hola Miguel, ¿Cómo estás?, ¿Por qué traes esa cara?

  • ¡Ja!, hola Joaquín, mi cara, es de trasnoche, nada más -  Responde Miguel – Y tú, ¿cómo estás?

  • Bien, con resaca, lo único que me acuerdo de anoche, fue el pastel y las velas, porque lo de más al parecer fue borrado por los vodkas, el ron y aquel tequila que se destapó al finalizar la noche, creo que no volveré a beber tanto.

  • ¡Jaja!, la verdad tomaste bastante y ¿te acuerdas de David? – pregunta malintencionadamente Miguel

  • ¿Quién, el amigo de Susana? – Pregunta con exageración y duda

  • Sí el mismo – afirma.

  • ¡Jaja!, sí, algo recuerdo de él, parece que su “arrocera ardía con pasión”

Miguel riéndose  de la expresión de su amigo responde:

  • Sí, de hecho no quitó la vista de ti en toda la noche, observaba tu embriaguez – Bromeando a su amigo

  • ¿En serio?, ¡no te creo! – exclama

  • Sí, si la verdad la última vez que los vi, estaban muy juntitos charlando

Joaquín con cara de preocupación queda en silencio por unos buenos minutos y dice:

  • No sé, lo único que recuerdo es de mi gran borrachera.

Miguel y Joaquín, siempre se han bromeado mutuamente, esto se debe a la gran confianza que han construido durante el paso de los años, puesto a que han crecido juntos y han compartido gran parte de la infancia juntos, siendo cómplices de las travesuras que realizaban cuando eran unos infantes y han vivido procesos que terminarían con cualquier amistad menos la de ellos, ya que el lazo que ellos tienen es inquebrantable. Existen momentos en sus respectivas vidas en las que no tienen tiempo de visitarse, sin embargo, siempre prevalece el lazo paranormal de sentimientos compartidos, de pasos y respiración que a veces parece sincronizada. Un amor fraternal entre dos que se llegan a considerar hermanos de diferente sangre. Algo digno de atesorar y de recordar como la gran perla de sus corazones.

  • ¡Oh, compadre! – Exclama Joaquín – me llamó Johanna, al parecer quiere que nos juntemos, para seguir conociéndonos pero me pide que vaya contigo, porque ella irá acompañada de la Francisca, su amiga, ¿te acuerdas?

  • Sí – afirma Miguel

  • ¿Entonces, quieres ir con nosotros?

  • La verdad tendría que pensarlo, pues me estoy quedando sin dinero y no es la idea que utilice o pida plata a mis padres para cosas que no son mi prioridad.

Joaquín comienza a insistir para convencer a Miguel para que lo acompañe a seguir conociendo a las niñas, puesto que él demostraba cierto interés en Johanna; dado a que jamás había logrado un contacto efectivo con alguna mujer.

Después de tanta insistencia, Miguel decide decirle que sí, puesto que terminó tomándola por exceso de interés de su amigo.

  • ¡Ja! ¡Qué tonto soy!, estamos conversando afuera, ¡Qué poco cordial que soy! Adelante, pasa.

Joaquín invita a pasar a Miguel, que sonríe y acepta, ambos entran a la casa.

Dentro del hogar, esta todo desordenado; sobre la mesa, en el suelo, en los sillones, no existe nada que esté en su lugar. Se puede observar una capa delgada de polvo en los muebles y el suelo de cerámica, simplemente no hay brillo, hay rastros de manchas las cuales demuestran que algo se había derramado algunas horas antes que llegara Miguel.

  • Te apuesto que estas solo. – Dice Miguel


  • Sí, ¿Cómo lo supiste?


  • ¡Por el desorden! – en tono sarcástico, entre irónico y burlesco (como acostumbran a relacionarse) luego suelta una carcajada.


  • Es que con la resaca me da flojera ordenar; aunque tengo que hacerlo, porque llegará mi madre y me regañará, porque siempre me exige que por lo menos tenga una casa habitable para ella.


  • Pero tranquilo, si quieres te ayudo a limpiar y ordenar este lugar.

Joaquín acepta la ayuda de su amigo, encendieron música de gustos comunes. Como ambos se criaron como hermanos, adoptaron gustos bastantes similares en distintos ámbitos como: gustos musicales, pensamientos, frases típicas de ambos, secretos, gestos, gustos de vestimenta, algunas afinidades y algunos hábitos. 

Terminando de asear la casa de Joaquín, ambos se sentaron en el sofá. Él le pregunta a Miguel.

  • Entonces, ¿me acompañarás?

  • Sí, pero, ¿Cuándo?, ¿A qué hora? y ¿Dónde?

  • Mañana, en el cerro San Cristóbal, como las 3 de la tarde. Total, no creo que tengas algo que hacer.

Miguel guarda silencio, se le viene a la mente la imagen de David, traga un poco de saliva y con los puños apretados, niega con la cabeza diciendo que no tiene ningún compromiso.

  • Genial, muero de ganas por volverlas a ver, de hecho, me dijo que nos juntáramos hoy, pero, ando todo sucio y tenía que limpiar la casa porque estaba hecha un desastre, además de la resaca que no la aguanto. Un amigo me dijo que con estas bebidas con electrolitos, me ayudaría o también, comiendo algo con mucha azúcar. ¿Acompáñame a comprar?

  • Vamos.

  • Espera a que me ponga las zapatillas.

Miguel no se había percatado que su amigo anda descalzo, sus pies están negros con la suciedad del piso. De pronto se escucha el calefón, Miguel asumió que Joaquín se estaba dando un baño. 

La espera fue un micro infierno existencial para su mente, pues, el hecho de saber que se juntará con David para volverlo a ver y aclarar todo. Por otra parte, él cree correcto ver a Francisca, ya que buscar a una mujer era lo que tenía que hacer, por sobre la idea de andar besando a hombres. Además, tenía la mente en su amigo, que estaba entusiasmado con seguir conociendo a Johanna.

Prácticamente sigue siendo el niño de siempre.

Joaquín bajó con el cabello humedecido, su piel más brillante y con otro semblante, da la impresión que la ducha aportó con un sentimiento de seguridad en él.

  • ¿Te costó mucho encontrar las zapatillas?- dice Miguel con un tono de broma.

  • ¿Me demoré mucho?; lo siento, decidí darme un baño porque saldremos a comprar.

  • ¿Y de cuándo te bañas para ir a comprar una simple botella con agua?

  • Hay que hacer cambios en esta vida “Miqui”, ¡mejor vamos!

Miguel acepta soltando una carcajada provocada por las palabras de su amigo.

Ambos salieron de la casa y fueron al almacén del barrio, en el camino fueron conversando de historias pasadas de ellos. Llegaron al almacén a comprar el agua. Joaquín, le compró una a su amigo también para capear el calor que estaba bastante intenso.

Volviendo a casa, Joaquín se siente mejor luego de haber bebido su agua, tomado una ducha y haber conversado con su amigo. Ambos se pusieron a jugar en la consola de Joaquín y ambos compartieron largas horas en la  habitación del dueño de casa, ubicada en el segundo piso de la casa. El cuarto, está muy desordenado, tenía una gran pila de ropa sucia acumulada en el rincón, a los pies de la cama. Para jugar más cómodamente, Joaquín apartó unos papeles y cuadernos que estaban encima de la cama y los tiró sobre la ropa sucia. La luminosidad de la pieza es muy escasa porque las cortinas son de color azul marino y al joven le gusta tenerlas cerradas, para que el tiempo parezca pasar más lento. Sin embargo las paredes están pintadas de blanco con poster de mujeres en bikini en diferentes contextos; playa, comercial de cerveza, al lado de una palmera, metida en una piscina y una imagen heroica de una mujer vestida de gladiadora. A Miguel no le importa como su amigo tiene su habitación, solamente le interesa pasar momentos de calidad con su mejor amigo. 

De pronto, se escucha la cerradura de la puerta. La madre de Joaquín entra con cara de agotamiento, mira el estado del interior de la casa y una sonrisa se esboza en su boca al ver que el aseo está como a ella le gusta.

  • ¡Apuesto a que está Miguel! – Exclama la madre.

  • ¡Sí! – Responde Joaquín.

  •  Se nota, la casa está limpiecita; ¡deja de explotar al “Miqui”!

  • Tranquila, él se ofreció – Responde Joaquín.

  • ¡Mentira tía, el me obligó! – Bromea Miguel.

  • ¡Hola Miguel! – Grita la madre, la próxima vez, que este niñito te obligue a hacer el aseo, pégale un “charchazo en el hocico” – Ríe la madre.

  • No lo haré, tía, no se preocupe – Responde riéndose.

  • Chicos, ¿Compraron pan?

Los amigos se miran con cara de preocupados y ambos contestan que no.

  • ¿Y qué estás esperando hijo?, ¿Qué te pague por el encargo?, vayan en seguida que llegué muy hambrienta.

Ambos asienten y deciden ir a comprar, apagan la consola y bajan rápidamente, le dan un beso en la mejilla a la madre de Joaquín, tomaron dinero y fueron a realizar el encargo, riéndose de la situación y del pedido de la madre.

Saliendo a la calle, el crepúsculo indica lo difícil que será encontrar pan, sin embargo, ya saben dónde comprarlo, con la experiencia obtenida en el cumpleaños de Miguel. Ambos van muy alegres caminando por la calle, disfrutando los agradables atardeceres del verano. Llegando a la panadería les atiende una señora muy amable.

  • Buenas tardes hijos- dibujando una sonrisa en su rostro. 

  • -Mamí- murmulla Joaquín, muy bajo, de tal manera que la amable mujer no se diera cuenta del mal chiste, pero si Miguel que suelta una sonrisa muy tentadora para la risa inminente.

  • Hola, me da …. – Joaquín se queda pensando y le pregunta a Miguel- ¿Cuánto pan me encargó mi vieja?

  • No dijo nada, pero piensa en algo lógico que la señora espera tu pedido- Responde Miguel.

  • Emmm… 7 pancitos surtidos - Le contesta a la señora.

  • Ok, ¿Hallulla o Marraqueta?

  • Ayúdame Miguel, le susurra al oído

  • ¡Oh amigo, siempre tan indeciso! Surtido por favor. 

Los jóvenes se ríen de las estupideces y la indecisión de Joaquín.

-¡Cada vez me sorprendes más!- Exclama Miguel.

- Te quiero amigo jeje- Ríe Joaquín.

La señora le entrega el pan y le cobra $680 por su pedido. 

-Muchas gracias que tenga un excelente día- Agradece Miguel.

- A ustedes- Soltando una sonrisa.

Ambos se van de la panadería contentos por el momento pasado y bromeando por lo sucedido, ya que no es primera vez que es Miguel el que toma las decisiones por su amigo, pues para comprar, él siempre titubea.

Fragmento 10. La preparación para ir al Cerro

... Después de divertirse con su amigo, Miguel decide volver a su casa a tragar de procesar los episodios de su vida y lo que había sucedido en su día.

Al ponerse a pensar en David, se dio cuenta que superpuso la cita que aceptó Joaquín, con el reencuentro de David. Pensar en reunirse con Johana y Francisca me generó una gran ansiedad, puesto que, dejaría de lado el compromiso con este chico.

El miedo de incumplir y decepcionar a alguien, comenzó a invadir sus emociones. Su mente estaba dividida, entre lo socialmente correcto y su moral. Se cuestionaba su edad en tal dificil situación, preguntándose a sí mismo: "¿por qué un chico como yo, que tiene recién 18 años cumplidos debe tomar decisiones tan complicadas?

Para evadir sus emociones del momento, Miguel enciende el televisor, mientras ve su celular releyendo los mensajes de David y Francisca, pensando en su amigo Joaquín. De pronto, la televisión confabula en su contra mostrabdo muchos mensajes asociables al momento que estaba pasando.

"Yo decido ser feliz, yo decido usar lo que quiera" fue el mensaje que más rondó por su cabeza, las películas clásicas de amor formaba parte del odio del momento y aauellas canciones que sonaban en redes sociales no sabían de realidades para él.

Miguel no entendía lo que las redes sociales le pueden hacer a una persona triste y solitaria, desconocía que podían dejar más dudas que respuestas. No sabía que el nuevo mundo de ser adulto asechaba sus metas, desafíos y valores, a su vez, cada decisión podia ser un autosabotaje a lo que habia construido en su etapa escolar.

Según lo enseñado y vivenciado, habían condicionado a Miguel a buscar una novia o polola y no un chico que cumpla la misma función. De niño le inculcaron que para ser feliz, necesitabas de algiien para construir sueños. Recordaba a sus tíos y personas haciendo preguntas incomodas en su pubertad, tales como: ¿cuándo la novia?. ¡qué sabe un niño de 13 años, lo que es enamorarse y mucho menos de un género humano en particular! Ese maldito afán de ignorar emociones, y lo que le encantaban a los tíos humillar a Miguel, en consecuencia, repercutía actualmente, llenándolo de miedo hacia lo desconocido.

Después de largos minutos de reflexión, éste decide acostarse e inrentar dormir para que al otro día, juntarse con las chicas. Se dirige al baño para realizar los preparativos previos de irse a la cama. Tras lavarse, va a su habitacion para ponerse el pijama. Una vez colocado, decide sacar la cámara y fotografiarse frente al espejo del baño, diciendo: "La primera noche caótica". Miguel sabía en su interior que comenzó a vivir experiencias dificiles y atípicas para él, por eso decidió nombrar y resaltar lo caótico del momento.

Tras acostarse, comenzó a jugar y concentrarse en el sonido de su respiración, empleando una tecnica aprendida en el colegio para potenciar la relajación y un ansiado sueño tranquilo. Su mente comenzó a volar, planteándose diversos escenarios posibles, en particular, juntarse con Joaquín y las chicas, sin embargo, en su corazón, solamente esperaba no toparse con ese tal David y así no dañarlo.

III.

Despertaba en su cama, sin el ánimo de siempre. Sin querer tomar algún registro fotográfico matutino, pues, se plasmó una atmosfera de incertidumbre, como si anduviera algo mal. Abrió los cajones de su ropa, pero se molestó al darse cuenta que nada era ad hoc al momento que podía vivier en el cerro San Cristóbal. Cogió una polera calipso, jeans azules, eligió sus mejores boxers y calcetines. La ansiedad de aquel momento le hacia escoger vestimentas que se acomodarak de la mejor forma a la cita de la tarde. 

Entra a la dicha con música, el agua comienza a recorrer su cuerpo, cada trayecto de las gotas de agua le masajeaban su humanidad, el sonido de la caida de los chorros de la ducha se convertían en el mejor placebo para matar la ansiedad, el nerviosismo, el miedo entre otras emociones que brotaban de Miguel. Al terminar, éste toma la toalla y  empieza a secsr la culpa residual, mientras quitaba el agua de su cuerpo, desaparecían los sentimientos que lo cohibían convirtiéndose en valentia. Se dejó por un momento la toalla en la espalda, su respiración controlada delataba la tranqulidad que brotó tras el baño. Miguel baja a tomar desayuno, saluda a su madre, recordándole su salida programada con Joaquín.

Sintió el desayuno más eterno, pero a la vez comprendía la importancia de la alimentación que ingería, pues, lo necesitaba paransubir el certo de manera efectiva. Habiendo terminado de desayunar, sube a cepillarse los dientes y perfimarse para no generar malas impresiones. Luego, baja y se despide de su madre, quien siempre se preocupa de Miguel, en consecuencia, le pide que le notifique su llegada al cerro...

jueves, 5 de mayo de 2022

Aterrado

Tengo demasiada ansiedad y no sé que hacer con ella, ayer me dio una crisis, pensé que me iba a morir en mi trabajo. Haciendo introspección descubrí lo aterrado que me sentía de momento. Miedo de varias cosas, lo primero, el de perder para siempre a quien más quiero, lo segundo, quedarme más solo de lo que me siento hoy, tercero los nuevos desafíos y la cantidad gigante de cambios que vienen, cuarto, el saco gigante de incertidumbre que me rodea. No sé, en qué minuto pase de estar bien a no tener nada seguro. Pasé de estar vivo a tener la impresión que me iba a morir.

Necesito muchas cosas en mi vida en este minuto, pero hoy en día siento que no hay nadie que esté siendo un partner para mí, necesito apoyo, alguien que me comprenda, quizás yo soy re difícil, pues, nunca soy explícito de mis emociones o con mis amigos no soy lo suficientemente transparente, solo ha habido una única persona que realmente me entiende, que me interpreta a la perfección, pero esa persona tuvo que partir parcialmente por cosas de la vida. 

Hoy en día siento que estoy súper desapoyado, nadie que me complemente en la lucha. Entre mis idas al psicólogo solo he pensado que mi vida ha sido una lucha completa, entre pelear contra las expectativas, el machismo de mi familia, la violencia porque quisieron moldearme, mi enfermedad corporal, mi ansiedad nocturna que me impide dormir más de 5 horas diarias, el hecho de estar alerta siempre, cada humillación que he recibido. Mi vida ha sido súper cruda y hoy en día estoy demasiado cansado pa continuar peleando sólo. Finalmente, me pregunto, ¿hasta cuándo mi cerro vital estará cuesta arriba?, no entiendo porqué debo seguir peleando y más encima hacerlo solo. Estoy demasiado chato en verdad. Quiero hacer proyectos, pero ya no tengo muchos ánimos de concretarlos.

No quiero más guerra, no quiero mas lucha, ni batallas que ya ni siquiera puedo ganar. No sé que más hacer con este terror, me siento demasiado imposibilitado por el pasar de mi vida. Estoy estancado por solo miedo. Esta fue mi peor noche de descanso y de verdad estoy desesperado. Solo me basta esperar que mi día sea diferente y que todo mejore en mi vida, que ya no creo que suceda.

Agnadhi du anghi

miércoles, 4 de mayo de 2022

Tridecaenio (parte 3)

... eran geniales nuestras noches de conversación, leíste cada caracter de este blog y le diste sentido a cada noche, le quitaste el sabor amargo de estar solo, reflexionando nuestras vidas día tras días y noche tras noche. De a poco fui priorizándote, hablándote con un cariño único, nunca imaginé que estaba desarrollando lo las bonito y lo que me siento orgulloso de contruir. Es pulento cuando una persona te cambia totalmente la definición de amistad, y que te hayas convertido en alguien tan importante para mi y eso que ni siquiera te conocía en persona. 

A duras penas iba sobreviviendo, adaptándome a lo online, tanto en mis clases que impartí en la Universidad, como en el colegio. Así también, las clases recibidas del posgrado me fueron desarrollando como un fuerte profesional y me llené de mucha sabiduría. En mis momentos más relevantes de ese año fue aquella entrevista que me pediste, la cual respondí con demasiada inspiración y enganche en la hermosa pedagogía. Mis calificaciones comenzaron a destacar como nunca, de a poco me motivé en seguir creciendo cognitivamente. El tiempo se hizo escaso, pero era un evento importante hablarte aunque sea una vez al día, además, cumplir mi promesa de siempre hacerte reir, que me regalaras esa sonrisa que me hacía soñar. 

Para el segundo semestre, me suspendieron de mi trabajo universitario, pues, todavía no terminaba mis estudios. Aquello me motivó para trabajar en un trabajo denso, importante y fuerte, del cual me siento demasiado orgulloso. Me encantaba contarte lo que estaba escribiendo, aunque no me entendieras, hacías el esfuerzo en escucharme. Me hacía sentir muy importante para ti. A tiempo record, logré presentar una tesis bien fuerte y con algunas correcciones se formó en mi producción más importante.

Una noche cualquiera recibí un audio tuyo, uno en estado de ebriedad, amé lo que me dijiste y lo guardé en mi disco duro para siempre reproducirlo. Que bacan empezar a quererte de a poco. 

Feliz 28 años. Partió mi cumple, con una vacuna y la preparación de mi defensa. La ansiedad me comía, pero recibir tu feliz cumpleaños antes que cualquier otra persona, hizo que me gustaras más y que cada vez subieras de escalón de prioridad. 

Salí triunfante de mi tesis, me sentí orgulloso de mi trabajo y me volvieron a considerar para trabajar en la universidad, ahora, con más horas lectivas. Desafíos nuevos fueron llegando de a poco y el estrés de no haber tenido vacaciones comenzaron a afectarme día tras día. Comencé a hablarte y buscarte más seguido, hablabamos temas de mayor relevancia y de a poco entrabamos en confianza. Me sentía muy acoñado de tu esencia virtual y cómo fuimos apegándonos el uno al otro.

Se acercó el invierno y justo tuve un fin de semana libre, decidí arrancarme a conocerte, fue la mejor decisión que he tomado jamás. No solo me di cuenta que eres genial online, sino que presencialmente brillabas por sí sólo. Tú te volviste una inspiración desde ese día y me sentí netamente cómodo, sentí que conocía cada partícula de tu esencia, hasta lograste pegar un salto cuántico en cada latido de mi corazón. 

Es genial pensar que te volviste el suceso más importante de mi vida, con solo mirarme a los ojos, con una sola frase lograste transformar mi mundo entero. Antes solo sobrevivía al mi universo, despues de tí aprendí a vivir. Me atreví a hacer lo que nunca había hecho, visité lugares nuevos, adquirí muchas novedades, nuevas comidas, gustos musicales, juegos, etc. Me has enseñado mucho, y aunque no lo creas, me hiciste amarte, cosa que nadie lo habia logrado jamás. Te agradeceré eternamente por todo, hasta por ser el único quien me acompañó cuando me sentí más solo. Hiciste que me diera cuenta, que tengo muchos falsos amigos quienes no me aceptan por lo que soy. Me prestaste atención cuando nadie ya lo hacía. Y jamás voy a olvidar la cantidad enorme de veces que me sacaste de la oscuridad en que estaba hundido.

Me ofrecieron nuevo trabajo, algo absolutamente distinto a lo que hacía, lo que me hizo cambiar mi estilo de vida en demasía. Ese cambio, me trajo consecuencias catastróficas, porque me di cuenta que no viví mis años anteriores, solo fue supervivencia, lo que me trajo una ola de ansiedad tremenda. Es por eso que te vuelvo a agradecer, por no dejarme somo en esos momentos tan críticos. Te extraño todos los días que no te veo y más aún que no hablamos. Gracias por viajar conmigo y mi familia y disfrutar de unas vacaciones increíbles. Me hubiese encantado tenerte cerca en mi cumple. Pero no se pudo para nada. Decidiste irte a tu ciudad y lo respeto.

Felices 29, aunque no fueron tan felices porque no estabas tú, comencé este año, el último del tridecaenio, de una manera súper difícil, comencé a notar que nuestro tiempo juntos se empezó a agotar, justo cuando nuestra conexión se hizo más fuerte. Te prometí no estar triste. Pero solo me queda el recuerdo maravilloso por ser lo más importante que ha sido. Al menos me siento orgulloso, porque quizá logre caleta contigo, logré que me aceptaras, logré que confiaras cada día un grano más en mí, logre ganarme tu cariño, que tu me dijeras te quiero mucho y no un gracias. Llegué a tu vida como quise llegar.

La única certeza que tengo es el cariño que esta en mi corazón y mi promesa de siempre estar para ti, en las buenas y en las malas, hasta que la muerte decida llevarme.

Agnadhi du Anghi

Tridecaenio (parte 2)

Entre los estudios y las clases en el colegio, mi vida comenzó a volverse demasiado desafiante. Ese año conocí las discos, empecé a salir con otras personas, fue una reinvención total. Disfrute demasiado de aquellos momentos que siempre quedan las ganas de revivirlos. 

Me asignaron ser profesor jefe en el colegio, siempre sentí que me desempeñé bien, pues, les enseñé a los niños a ser libres dentro de un sistema sumamente normado. Sin embargo, cada vez tuve menos peso en el colegio, entre la formación del sindicato y mi manera de ser contraria a los valores institucionales. Recuerdo que me hicieron difícil la vida laboral, a tal punto que tuve que renunciar al no ser reconocido por llevar un torneo de ajedrez adelante. Además de la miseria que pagaban. Tras renunciar, se me quitó un estrés gigante de la espalda. Me sentí demasiado feliz, aunque con miedo de mi futuro económico, pero siempre con mi frase "la plata llega sola". Conseguí mas horas en el colegio alternativo, me encantaba hacer clases de física, armar laboratorios con material reciclado, amaba innovar en las maneras de hacer clases y las largas conversas filosóficas con los estudiantes y colegas me ayudaron a ser quien soy.

Feliz cuarto de siglo (25 años), seguía estudiando física y trabajando tranquilo en el colegio alternativo hasta que me llamaron de la universidad para hacer clases de laboratorio, estaba demasiado ansioso y extasiado, pues era un nuevo sueño que cumplir, poder llegar a más jóvenes para ayudar y enseñar, además, de poder ser parte de su crecimiento aportando un minúsculo grano de arena. Mi vida comenzó a cambiar de sobremanera, mi cerebro se desarrolló demasiado, les encantaba mi manera de hacer clases y mi espontaneidad al actuar.

Terminé mi postítulo y me quedó mucho tiempo libre, conocí a muchas personitas bacanes entre ellos a ti, que estoy seguro que estas leyendo esto (y pensarás: "atrapaaadaaa"). Siempre amé ayudarte y quedarme despierto hasta tarde, acompañándote en tu once y en tus estudios. Recuerdo que quería mucho hacerte reir y hacerte sonrojar que fue lo más cautivador de ti. Añoraba mucho conocerte en persona, pero la distancia y el tiempo aun no calzaban, sin embargo, no perdí la esperanza. 

En ese año fui muy motivado a continuar con mis estudios, decidí participar en varios congresos, donde, uno de ellos fui expositor. En diciembre de ese año trabajé de corrector de simce, fue entrenido como fui bien valorado en un mes. 

Finalicé ese año matriculándome en el Magíster, nuevo desafío que comencé lleno de miedo, aquellos que superé con el pasar de las semanas. 

Cumplí 26, año lleno de trabajo, pues trabajaba 22 horas en la universidad, otras 16 en el colegio y más encima, estudiando el postgrado, nunca pensé que me iba a superar de sobremanera, que iba a aprender mucho y a ser lo que soy hoy en día. En junio de ese año conocí a un tipo que me envolvió en su personalidad tóxica. Fue bacan su llegada y muy triste su partida, de tal manera, que decidí solo enfocarme en mi trabajo y estudios por un largo tiempo. A pesar que el ritmo de trabajo se vio afectado por el 18 de octubre, igual logré superarme y avanzar.
 
Año nuevo, yo seguía en clases, preocupado de entregar los últimos trabajos para sobrevivir, conocí a otro tipo, con quien nunca me junté, pero era entretenido conversar por las noches con alguien que tenía sinergia. Descansé en febrero listo para enfrentar otro año más.

Felices 26, tú, mi lector favorito, te acercaste aún más. Comenzó el confinamiento, todo cambió absolutamente, todo transitó a online y la ansiedad de estar en la casa se volvió horrible. Te agradezco a ti por ayudarme a sobrellevar y sobrevivir tranquilo esos momentos de encierro...

lunes, 2 de mayo de 2022

Tridecaenio (parte 1)

El tiempo pasa fugazmente, mientras mi pensamiento se enfoca en los últimos diez complejos años. Mientras vivía mi vigésimo año, pasaron muchas historias. Fue un año muy dificil, lleno de desafios, penurias y miedos. Era mi segundo año universitario, me aterraba las primeras prácticas, trabajos y asignaturas difíciles, en ese tiempo me involucré más con el mundo, aprendí a socilizar desde la emoción y me hice de muchos amigos. Fue un año complicado, recuerdo haber tenido solo 15 min de almuerzo, largas horas de trayecto a todos los ámbitos de mi vida. Además de 8 asignaturas en los semestres, me hacían vivir mi estudio al máximo. En ese tiempo, comencé a pensar que no me la podía, que sería pésimo profesor, pues, jamás tendría la personalidad para desenvolverme. Por otra parte, me atormentaba quedarme solo, entonces, decidí interesarme por conocer a la gente, sin embargo, me termine enganchando de alguien que solo me daba ansiedad nuestra incompatibilidad. De todas maneras, los pasaba súper bien cuando estaba con él. Era genial pensar los lindos fines de semana que compartíamos. Recuerdo que ese año, tanta exigencia me dejó muy deprimido y angustiado. Fue difícil afrontar cambios de vida. Estuve a punto de dejar todo tirado y volver a levantarme. Pero, no lo hice. Saqué fuerzas quien sabe de donde y salí adelante, me hice mi primer aro que hasta el dia de hoy lo conservo.

Cuando cumplí los 20 y comencé a transitar hacia los 21, estaba en mi tercer año universitario, estaba feliz que era mi penultimo año y que no había reprobado nada. La Matemática me empezaba a latear y a saturar. Me quedé sin grupo de trabajo y amistad universitarias, ya que todas las personas que formé un vínculo dejaron la carrera. Me tuve que adaptar nuevamente a otro mundo de personas. Cambié dichas juntas, decidí ser más transparente con mi vida y expresar quien soy. Ese año también fue difícil afrontar que una persona que me ayudaba, me gustaba mucho. Era genial, salir a carretear, entrenar artes marciales y tirar la talla, el cafecito de la tarde noche, se hacía un pretexto para seguir conociéndote. Recuerdo que en esos años comencé mi blog que estás leyendo e inspiré a esta persona a crear el suyo. Nunca me dijo nada despues de que le conté que me atraía algo más que un amigo.

Cumplí 21 y comencé mi año 22, lleno de ansias de terminar mi carrera a tiempo, asustado por la tesis, la practica profesional, el taller de afianzamiento de saberes pedagógicos y alguna asignatura. Tenía mucha ansiedad, que las horas de mis días se multicaban por 3. Encontré un grupo que trabajaba bien y me incluyeron en el trabajo de tesis. Siempre agradecí esa paleteada. Mi mente, full enfocada en sacar mi carrera, recuerdo de los rollos que se pasaban algunos estudiantes de mi práctica; rumores raros. Defendí mi tesis, en el peor día de ansiedad de mi vida, tuve mi primer bloqueo por nerviosismo fue totalmente una tortura.
Afortunadamente terminé mi carrera y era hora de buscar trabajo. Fue demasiado difícil hacerlo 1. Porque me daba mucho terror entrar a un establecimiento a hacer clases con 21 años cumplido; 2. Le tomé el gusto a que me enseñaran, al punto que quería estudiar para siempre y 3. Qué hacía un joven de 21 años con titulo de profesor y grado de licenciado en educación. 

Felices 22 años. Mi primer año de docente fue horrible, tanto como lo imagine, casi paro al hospital por exceso de ansiedad, recuerdo que mi presión sanguinea estuvo a punto de igualarse (10 con 10). Me pagaban pésimo y mi rol era reemplazar a los docentes, además, en aquel establecimiento faltaban demasiados profesores, a tal punto que a veces debía cuidar 2 salas al mismo tiempo por la miseria que recibía a fin de mes. Me despedí de mi vida social, pues, comencé a hacer muchas clases particulares hasta que me compre mi primer auto al año siguiente. Finalmente, despidieron a uno de los profes de matemática y me dejaron de titular. Ahí fue cuando pensé que mi real carrera comenzaba. Para ese verano me arranqué al sur y viví unas experiencias re locas que no me arrepiento para nada.
Feliz cumpleaños número 23, año donde me enganche de un tipo equivocado y me costó mucho salir de ahi, de igual modo, me gustaba pasar horas viajando para verlo. Pero habían demasiada ansiedad de por medio que me fueron agotando con el tiempo. Trabajé muy arduamente ese año, a punta de clases particulares, trabajar en dos colegios a tal punto que pude adquirir mi primer auto, que me dio mucha felicidad. En ese tiempo participé de una banda de música y estuve en muchos conciertos bastante diversos. A pesar de todo, fue un año lleno de desafíos. Lástima que me trataron de mediocre y que prácticamente no servía para ser profesor. Recuerdo que ese año dia la PSU de nuevo para verificar si podira estudiar otra cosa. Menos mal que no lo hice. La música me llevo a nuevos horizontes.

Cumplí 24 y mi ansiedad de ser profesor jefe aumentaba, encontre otro colegio al cual hacer clases, asi que hacía paralelamente clases en dos colegios nuevamente, aunque esta vez fue muy diferente, pues el colegio tenia una vision totalmente distinta. Era demasiado agradable reencantarme con la educación, a tal punto que comencé a especializarme en la física para la enseñanza media.