miércoles, 9 de marzo de 2022

Decepción

No sé si es infortunia, pero el dolor del oscilamiento de la existencia, los momentos buenos se van desvaneciendo y los recuerdos no ayudan a reconfortar el sufrimiento de aquello que se consideró bueno e importante es su momento. No sé, en verdad qué seguir esperando, no sé si seguiré luchando para tener aquello que anhelo. Los sueños fantasías se desmoronan ante la incongruencia de aquellos actos que no coinciden con las palabras mencionadas y promesas emitidas. Quién no promete hacer daño es quien mejor empuña la espada, esa daga que ingresa con gotas de veneno ardiente que hace que el tejido de la visión del mundo entre en putrefacción y hace que el ánimo por seguir viviendo lo que importa pierda fuerza. 

El refuerzo se agota, la ilusión muere con las ganas de seguir caminando. Solo quiero acostarme y vivir mi labor profesional, mi crecimiento académico. Ya estoy cansado de caminar en este largo trayecto, aquel camino de 29 años. Solo espero apretar un botón, inmiscuirme en mis asuntos de responsabilidad y olvidarme a mi derecho a ser correspondido, despedirme de la ilusión que alguien me puede querer, no como amigo, no como familia. Ya no espero tener pareja ni nadie a quien querer. Me queda hacer mi trabajo bien hecho. Y rendirme ante los pies de la vida.

Agnadhi du Anghi

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