lunes, 28 de marzo de 2022

La tobillera

La vida está llena de ámbitos, que cada uno se transforma en hilos diferentes de la existencia. Los sueños, los pensamientos, los miedos, las emociones, la vida social, laboral y académica, cada uno se anuda para formar parte de la estructura actual de nuestra existencia.

Redacté y tejí el texto que llevas cada día en tu tobillo izquierdo pensando que cada hilo era algo de tí que me gusta. Tus ojitos claros, tu pelo enrulado que es un camaleón y va cambiando cada cierta risa, la magia que permanece en cada gesto que haces, las veces que me escuchas la rutina diaria de mi vivir, cada consejo, cada enojo, risa, chiste, gracia, cada café que me has preparado. Se van anudando todas las experiencias que he hemos construido juntos. Tu primera vez comiendo parrillada, tu primera vez yendo a un mamut, tus primeras veces en muchas cosas, hiceron que la tobillera que vamos armando sea mas resistente.

Mi amigo, mi acompañante, mi cielo y mi cuento, esa tobillera que llevas significa el lazo de amistad que tenemos, esa confianza que hemos logrado, dicha complicidad que hace que nos podamos mantener a salvo y juntos todo el tiempo. Todo se establece en dichos nudos que perduran con el tiempo y que rodean la terminación de tu pierna.

El simbolo de lo que hemos vivido, las eterna cantidad de veces que hablamos dan significado a la tobillera de lo nuestro.

Agnadhi du Anghi

sábado, 12 de marzo de 2022

Fragmento 8. El reencuentro

Sábado, aquel día que nada importa, día de aseo y orden, lavado y planchado; las compras a la feria, supermercado, almorzar algo rico rápido y distinto. Suena el teléfono, un número extraño aparece en la pantalla, se me pasa por la mente que no promocionan ofertas, créditos y seguros este día, debe ser un número equivocado, pero como siempre he sido curioso me atrevo a contestar.

1: ¡Aló, buen día!
2: holi, ¿cómo estas?

La voz de la persona se hace conocida, se me viene alguien especial a la mente, pero me cuesta creer, por unos segundos, por la cantidad de tiempo que dejamos de hablar y nos alejamos recibir dicha llamada.

1: ¡Álvarito, tanto tiempo que no escuchaba esa voz tan agradable! Exclamo feliz.
Álvaro: Siii, como has estado "Tebita", ha sido demasiado tiempo, es verdad.
Esteban: ¡sí los años vuelan!, pero que rico de verdad volver a sentir tu voz, yo he estado bien; comenzando otro sabado de compras aseo y orden jaja. Y cuéntame tú, que has hecho todo este tiempo. 
Álvaro: han pasado muchas cosas, desde la última vez que nos despedimos, terminé mi carrera, no tengo novio hace dos años. Decidí dedicarme a lo académico y laboral para poder finalizar algunos proyectos personales. Justo hoy viajaré a Santiago y decidí llamarte para saber si quizá querías verme. Te llame con miedo, pues nuestros términos no fueron los mejores, entonces imaginé que me ibas a mandar a la mierda.
Esteban: jamás te mandaría a la mierda, sobretodo después de todo lo genial que vivimos en su momento. Las cosas no se dieron por las circunstancias en que comenzamos a relacionarnos. Siempre lo entendí así. Aún así, siempre te recuerdo con cariño. Me gustaría juntarme contigo, dime a qué hora llegas y te voy a buscar para que nos juntemos a conversar, como nuestro primer encuentro.
Álvaro: Genial, yo estaría llegando allá como a las tres y media de la tarde. Estaré muerto de hambre, así almorzamos algo.
Esteban: Entonces te veré en el terminal de buses, añadiré tu número para poder organizarnos mejor.
Álvaro: ¡Genial, nos vemos!
Esteban: bye!

Al cortar el telefono, me giro hacia a la izquierda en la cama, y se vinieron todos esos recuerdos tan lindos con Álvarito, estiro el brazo y otra vez no había nadie a quien abrazar. Me reí, y al imaginar volverlo a ver, fantasié en volver a hacerle cariño en la espalda como los viejos tiempos. Me levanto de un salto, sin pensar en nada. Me pongo a ordenar y limpiar rápidamente, y me arreglo y ducho, afortunadamente, justo tenía ese mismo perfume que usé la primera vez que nos vimos. 
...
Ansioso en el terminal, para esperarte. Mi cabeza simulaba muchas posibles realidades, la que me esperanzaba era la probable, que llegarías nuevamente para verte. Yo como siempre, guardándote sopresas en mi mochila, y con todas las ganas de volver a atenderte. Veo entrar al bus al terminal, el cartel que dice Santiago y la hora de salida que coincide con la hora de salida que vino de Valparaíso.

Te bajas del bus, más hermoso, más radiante, con cara de cansancio, también un nuevo rostro de experiencia, faz de vida y luz en tus ojos al verme. Tu mirada penetrante, me hizo revivir todas las veces que te volviste mi cronos, quien con una mirada solemne, detenías el tiempo mientras yo me perdía mirando por la ventana de tu alma.

Tu característicos rulos brillabam al sol, tus ojos color miel, endulzaban ese sábado lleno de ansias y alegrías de nuestro reencuentro más maravilloso. Nos saludamos, te abracé como si solo hubiese pasado 1 día de nuestra despedida, y no cinco años. Comeremos en un lugar que siempre quise invitarte, donde venden sushi libre, ya que siempre fue tu favorito. Tu sonrisa brota de tu boca, como si fueses un dios creador del jardín del Edén. Mientras caminamos conversando de nuestros caminos separados, yo saco la primera sorpresa que tenía para ti, agua fría. Tus ojos se achinaron de ternura y me lanzaste esa mirada que me estremeció durante nuestra época juntos y me sigue conquistando de nuevo.

Almorzamos rico sushi y yo te pido tu bebida favorita: un mojito frutilla con extra limón y sin menta. Al hacer la petición te sorprendiste por recordarlo y me tomaste la mano, agradeciendo por nuestra cita. Otra vez tenías miedo, de ser mal compañero, pero yo te aseguré que eras lo mejor que me estaba pasando un sábado. Estabas convirtiendo un día cualquiera en un panorama.

Entre risas y carcajadas como los viejos tiempos, decido que es el momento de darte mi sopresa. Antes de salir de casa, abrí un cajón donde guardé una foto que imprimí. La de nuestra primera cita. La saco de mi mochila. Y le digo:

"Alvarito querido, estoy amando mucho que después de 5 años, sigamos teniendo esta complicidad y conexión. Es por esto, que quiero darte un regalo. Esto lo guardé con cariño desde que decidiste desaparecer. Pues, fuiste mi mejor cita y mi mejor compañía durante esos meses de mi vida. Guardé esta foto, para inspirarme en seguir, y siempre recordarte con cariño y poder cumplir mi promesa, de siempre estar para ti, pase lo que pase. Casas tengo varias, pero hogar siempre tuve uno. Contigo realmente me siento libre y lo comprobé con nuestro reencuentro".

Al darte la foto, brincas de alegría y te emocionas, lloras y me pediste perdón por haberte portado mal conmigo. Yo nunca lo consideré así. 

Al ver la hora, me di cuenta que era tarde. Te pregunté que hasta cuando te quedabas. Me dijiste que por unos días. Así que te ofrecí mi departamento que siempre tuvo espacio para ti y tus gatos y mascotas. Justamente, me hablaste de establecer una vida en Santiago y yo te ofrecí la estadía definitiva.

La cual, esta vez aceptaste sin la presión de aquel pasado.

Agnadhi du Anghi

miércoles, 9 de marzo de 2022

Decepción

No sé si es infortunia, pero el dolor del oscilamiento de la existencia, los momentos buenos se van desvaneciendo y los recuerdos no ayudan a reconfortar el sufrimiento de aquello que se consideró bueno e importante es su momento. No sé, en verdad qué seguir esperando, no sé si seguiré luchando para tener aquello que anhelo. Los sueños fantasías se desmoronan ante la incongruencia de aquellos actos que no coinciden con las palabras mencionadas y promesas emitidas. Quién no promete hacer daño es quien mejor empuña la espada, esa daga que ingresa con gotas de veneno ardiente que hace que el tejido de la visión del mundo entre en putrefacción y hace que el ánimo por seguir viviendo lo que importa pierda fuerza. 

El refuerzo se agota, la ilusión muere con las ganas de seguir caminando. Solo quiero acostarme y vivir mi labor profesional, mi crecimiento académico. Ya estoy cansado de caminar en este largo trayecto, aquel camino de 29 años. Solo espero apretar un botón, inmiscuirme en mis asuntos de responsabilidad y olvidarme a mi derecho a ser correspondido, despedirme de la ilusión que alguien me puede querer, no como amigo, no como familia. Ya no espero tener pareja ni nadie a quien querer. Me queda hacer mi trabajo bien hecho. Y rendirme ante los pies de la vida.

Agnadhi du Anghi

miércoles, 2 de marzo de 2022

Palomas en el poste

Hoy caminando a mi trabajo, vi a 6 palomas sobre un semáforo y me pregunté: ¿que estarán viendo? Y comencé a pensar en la respuesta, quizás observan a cada persona pasar hacia su destino. U observan la preocupación de cada individuo por tratar con su propia dignidad.

Quizás miraban lo destruido que está Santiago, la gran masa de gas invernadero que transforma la urbe en el infierno que puede llegar a ser. Quien sabe cuántos choques presencian el grupo de aves, ven la estupidez del humano estresado por su vida. Los cientos se chismes que pasan por el oído de las palomas o la cantidad de anécdotas que deben saber solo por observar a los ciudadanos.

O quizás solo se reunieron para planificar donde cagarán la próxima vez.

Agnadhi du Anghi