A pesar de esa diversidad de modos, culturas, estrategias. Existe la razón de ser del lenguaje, y eso es la referencia y la justificación que yace al momento de abrir la boca, o de sentir y expresarlo. He escuchado demasiadas veces que las palabras se las lleva el viento. Para mí siempre la palabra oral, son un momento temporal, la existencia del presente. Es la evidencia que el tiempo existe y que el dicho presente se encuentra cada vez que modulamos una frase. La huella del pasado que nos deja, el sentimiento que transgrede las oraciones completas, la inmensa cantidad de matices que solo quedan en el recuerdo, solo el polvo de cada fonema queda en nuestro inconsciente cada día.
La fiel proyección de tu esencia permite entregar lo que sabes, lo que exprimes de ti y lo que quieres entregar. No hay palabra sin sentido, solo personas que confundidas que aun no lo encuentra.
La magia de plasmar el perfume de cada uno, en todos nuestro alrededor es otra forma de escribir. A partir de quienes somos, escribimos en el cerebro de otra persona, para así generar un concepto, un campo semántico que cada individuo carga de manera parcelada.
No solo existe el lápiz y papel para escribir, nuestros actos, deseos y pensamientos, también pueden escribir historia. Una novela al estilo Benedetti que se expresa a partir de los ojos de los sentimientos.
El goce de escribir. Disfrutar dejar huellas en las personas. Solo me pregunto ¿Cuándo pondré fin a mi escritura?
Agnadhi du Anghi
No hay comentarios:
Publicar un comentario