miércoles, 7 de noviembre de 2012

La vida del educando

Esto es mejor que hablar solo, así la gente no cree que estoy loco. Nacimos siendo querubines, en 8 años crecimos, luego en cuatro años más, nuestras alas crecen para emprender un vuelo de la vida en cual todos, tarde o temprano lo tienen que empezar, con aquellas alas que la educación nos va creando. Hoy mis alas están cansadas del vuelo pesado que he hecho, pero me estoy tomando un descanso para que éstas vuelvan a su estado original y puedan volver a volar con el viento en contra. Cuando mis alas perdieron fuerza, tuve que hacer un aterrizaje forzoso, la caída me dolió, pero me pude encontrar con muchas personas que están desarrollando sus alas y anhelan con volar alto, hacia un destino que no se ve con los ojos, solamente el futuro lo irá esbozando, a medida que avanza kilómetros sobre el cielo.
 Una vez descansado y llenos de plumas nuevas de otras alas ajenas, y absolutamente completo de alegrías al saber el ímpetu y ahínco que tienen los chicos en desarrollo, debo retomar el vuelo con el combustible al tope y alas reparadas tras haber permutado las plumas de alas recién natas.

Agnadhi du Anghi


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