sábado, 12 de noviembre de 2016

El último suspiro

Es hora, y el viento seguirá soplando las hojas caídas del otoño, en mi patio continuará la vida común y el milagro del día a día tendrá su camino de costumbre. La vida es un fruto del árbol de nuestro ser, y la muerte no es más que una contribución a la galaxia racional de nuestra existencia. Me iré y la sonrisa no se borrara, los momentos eternos que viví  jamas deben borrarse de la memoria del cariño que creé, los lazos que formé seguirán firmes y crecerán a medida que los recuerdos felices crezcan.

Tuve la gran dicha de oir la voz de paz de las aves, mirar las flores crecer y aquellos niños aprender y desafiarse a sí mismos día tras día. Disfrutar el mundo y sus colores que ofrece. Ahora solamente veo el final de mi existencia, algo que quizás heredaré o tal vez simplemente seré uno más que se acuesta en su lecho de muerte.

Me marcho,  pero las nubes le darán sentido al cielo, aquel abril otoñal demarca aquel efecto mortuorio y fúnebre, sin embargo mi esencia desaparece y la energia ser transforma en ceniza para llegar al baúl de los recuerdos de los queridos.

Adiós y simplemente la virtud que dejé y la sabiduría que obtuve mueren conmigo, es hora de que la luz de vaya atenuando, y póstumamente apagando a la misericordia del eterno descanso.

Agnadhi du Anghi

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