¿Qué puedo escribir en tres mil caracteres?, es lo ilógico
de la vida, restringirse a sólo tres mil, siendo que las palabras nos cuentan
más de cinco mil vivencias, la secuencia lógica de los fonemas describe la
maravilla que es vivir.
Vivir, el descubrimiento de lo maravilloso, la ruleta
permanente, la pirinola de nuestros sentidos, la vida siempre gira, a veces a
nuestro favor otras veces a modo de transición, pero por lo que generalmente
gira es para que nos conozcamos a nosotros mismos en diferentes situaciones que
la misma nos presenta.
Nosotros nacimos en un contexto, pero a pesar de ello, se
pueden construir nuestros sueños, desafiándonos a lo que parece imposible, pero
al final lo superamos después de un camino pedregoso, vivir es el vaivén de
emociones, el conjunto de buenos y malos momentos, es el vaso medio lleno o
medio vacío, la vida nos contiene, existiendo para que podamos encontrar
nuestro fin.
Cada uno decide como surgir y tener lo que cada persona
estime conveniente, sin embargo lo que jamás debemos perder, es el sentido más
puro de nuestra existencia, el hecho de aprovechar cada momento que sentimos,
cada situación por la que nos sentimos vivos, cada vez que estamos en algún
problema que no podemos resolver. Pero cuando estamos en aprietos, nos podemos
dar cuenta que el humano no puede vivir solo, necesita de otra vida, para poder
compartir lo que vive.
El mundo gira eternamente y es uno el que le da el sentido a
esa rotación, cada uno busca sus ideales y sus desafíos y los deposita de la
mejor manera en la sociedad. Cada persona vive en un submundo distinto y
permite decidir qué clases de ideales entrarán en su vida para hacer feliz al
otro, puesto que uno vive una vez y se aprovecha al máximo, tal vez no se
dejará un legado, porque el sentido de la vida no es el mañana, sino que es el
hoy.
Cada gesto, cada mirada, cada acción define a cada quién con
su vida, el sueño de sentir eternamente, o el estruendo de sentirse amado
siempre se hacen necesarios. El amor llega por sí solo y a su vez, se puede ir
de la misma manera. Pero pase lo que pase, se seguirá viviendo, con un rumbo
variado pero siendo humanos de la misma forma.
Nunca dejar de razonar, nunca dejar de brillar, pues somos
entes únicos y no somos pertenencia de nadie, solo es nuestro ímpetu y nuestros
deseos de la libertad los cuales deben convertirse en nuestro guía y el eterno aprendizaje que logramos de otros
submundos que nos rodean nos hace fuertes. Tal vez no soy ningún sabio, pero
gracias a mi razón me siento feliz de ser humano, y además de tener la vida que
tengo. Quizás tengo trabas, pero eso me hace sentir que soy humano, pues el
humano por naturaleza es imperfecto, entonces el humano que es perfecto es
imperfecto.
Somos hijos de nuestras personalidades y eso es lo que nos
hace diferentes, cada uno se hace sus hábitos distintos de acuerdo a la esencia
que llevamos y que plasmamos en los que nos rodean. Se me han terminado los
tres mil caracteres.
Agnadhi du Anghi
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