Camino lentamente mientras el frío alentador aire acaricia mi rostro con bondad, me siento dueño de un mundo, la creatividad explora mi ser, creo que es hora de escribir, plasmar mi alma y el infinito pensamiento en una hoja de papel, sabiendo que el lápiz que empuña mi odiada mano izquierda está a mi merced y puedo construir con ella, la imbecilidad más incoherente de la historia o el cuento más significativo para de tu existencia, puedo crear una estatua digna de admiración o una obra maestra la cual inspirará a los deseosos de escribir.
Continúo mi paso por esta avenida y en mi andar, escucho un sonido, un llamada en el teléfono de una casa que está a mi lado izquierdo.
- ¡Aló! - Dice una señora, esa voz retumba en mi cerebro, Me detengo asustado,
- ¡Aló!- Repite. Miro a mi alrededor, no existe alma visible a mi cercanía.
- ¿Quién es?- Pregunta la señora con tono asustado.
- Soy yo- Pienso.
-¿Quién yo?- Me responde la mujer.
-¿Eres la voz de mi conciencia?- Contrapregunto sorprendido.
- ¡No!- Lanza una carcajada - Solamente contesté tu llamada. ¿Qué deseas y cuál es tu nombre?
- Soy Agnadhi y deseo saber, ¿Cómo pudo penetrar mi mente y adentrarse en mis complejos pensamientos?
- ¿Qué?, no sea ridículo yo solo soy una secretaria no psíquica.
- Bueno ya que estamos en esta extraña situación, lo mejor será conocernos.
- Esta bien, mientras el teléfono esté tomado, no entrarán llamadas, pues así no trabajaré. Así que, ¿A qué te dedicas?- Pregunta la ansiosa mujer.
- Soy el protagonista de tus futuras novelas favoritas, como también puedo ser un personaje desconocido que solo luchó para realizar la llamada "Revolución de la imaginación y el orden caótico" y no tuvo éxito.
- ¡Já!, no me haga reír, basta de bromas, en serio ¿Quién eres?
- Yo soy Agnadhi du Anghi, un ente accidental, creado por un autor que jamás veré en mi vida, también soy un relator de mis propias vivencias, soy la máscara y la herencia de un loco que se dedica a observar la naturaleza humana, la careta de alguien que quiere cambiar las leyes naturales y crear un mundo nuevo donde la cohesión no sea un impedimento para escribir literatura artística. Soy la contribución de la felicidad y libertad de un individuo que vive, en un planeta donde la realidad es más dura de lo que creemos.
-¡Usted está desquiciado, adiós!.
Se oye el sonido de cortar el teléfono.
- ¡Qué corta se hizo esta historia, qué incrédula mujer!.
Prosigo con mi camino, silvando una canción que acabo de inventar.
Agnadhi du Anghi
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