Flor, quiero oler tu perfume, inspirarme con tu esencia, sentir cada día la naturaleza de tu ser, dulce flor, que embelleces esta primavera, de las el toque de color a lo fue un crudo invierno, flor acompañado del sonido de los pájaros hacen que este día sea un armónico, lleno de promesas, lleno de alegrías, lleno de paz.
Árbol, ¡qué tiempo el que vives!, observando año tras año a esas parejas que en ti tatúan corazones, viendo a muchos niños crecer, a familias de hojas nacer de tus ramas, que el otoño hace caer sin discriminación alguna, maldito sea el hombre que quiera talarte, porque tú mantienes muchas vidas viviendo en ti, ya sea una simple ave hasta un panal de abejas, das el aire saludable y vital para que nosotros vivamos en ti y por sobre todo eres inspiración de escritores.
Nubes, naturaleza aérea aquellas que dibujan los recuerdos de mi mente, aquellas que me dan ganas de tocar cada vez que tomo un papel e imprimo mi esencia en él, nubes algodón de niños, inspiración de joven, hogar de adultos.
Agua, líquido vital refrescas y actualizas mi cuerpo, dándome vitalidad necesaria y el impulso para seguir viviendo y combatiendo contra los desafíos de la vida, agua marina aquella serenidad pura que bañas con tu suave brisa y haces que me inspire y me llene de tranquilidad con tu sonido envolvente, encandilado con tu belleza, y todos los misterios que guardas en tu interior, aquella agua de mar que cuando te enfureces demuestras el respeto que todos deben tener contigo.
Agnadhi du Anghi
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