miércoles, 10 de julio de 2013

Viajero

Viajando me encuentro por esta carretera que por lo que veo el final está muy lejos, el día está nublado pero los violines entonan lo que será un excelente día, siguiendo la armonía de los sentimientos florecidos, de momento la brisa impulsa el ánimo de mi corazón y en este día nublado no decaigo como siempre.

  Cuando llegue a mi destino, se que habré aprendido mucho en este viaje, ahora comienzan los clarines a hacer la música angelical de la vida, los saxos hacen este viaje un jazz entonado, veo a la gente caminando preocupándose de sus problemas, personas las cuales están viajando hacia otra parte.

  Y pensar que al igual que yo viajo, otros recién emprenden, algunos van conmigo y muchos delante de mi, finalmente lo único que me importa es viajar, asegurándome de doblar adecuadamente y sobrepasar los obstáculos de la vida.

  Durante este viaje las aves vuelan y cantan, la lluvia comienza a caer y estas se esconden en sus guaridas para que sus alas no se mojen y después no puedan volar, ésta lluvia me empieza a mojar y yo lo tomo con calma porque la experiencia viajando me dice que la lluvia siempre termina y cuando lo hace se lleva a las nubes consigo y mejora la visibilidad, porque regresa, el sol a iluminar mi pasar y deja andar con la seguridad y la confianza de siempre.

  El viaje está a punto de terminar y la música armónica suena cada vez más despacio para que ayude a la concentración a pasar este nuevo desafío. Nueva experiencia obtuve y un nuevo aprendizaje comienza, ya volveré a viajar a enriquecerme nuevamente.


Agnadhi du Anghi

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