Esos métodos no le funcionaron para nada, porque el desorden de sus sentimientos no concordaban con el orden de su razón. Un día de agonía, conoció a un sabio, que al parecer tenía la respuesta de todos los problemas. El señor con entusiasmo le hace la pregunta que podía dar respuesta a su gran dilema que lo aquejaba.
- ¿Cómo puedo hacer para soñar, sabio? - pregunta el señor.
El sabio se queda callado y éste comienza a analizar al señor con tantas dudas en la cabeza, y luego le pregunta:
- ¿Alguna vez te has retado a desafiarte?
El señor sorprendido de la pregunta del sabio, que no entendía el porqué respondió su pregunta con una pregunta, se pone a pensar en la confusa cuestión, y luego le responde enojado.
- ¿De qué sirve hacer eso, y en qué me ayuda a soñar?
El sabio con calma le dice:
- Señor, ¿No se da cuenta?, retarse viene de la razón y desafiarse viene de los sentidos, puesto a que uno piensa en qué retarse y el desafío contrae sentimientos acordes para poder avanzar con seguridad, a su vez, los desafíos te llevan a soñar, a pensar en tí y a su vez sentir lo que intenta lograr, la ilusión perfecta de los sueños y los desafíos.
El señor, se razca la cabeza y encuentra que el sabio estaba loco, se despide de él, pasaron largas horas meditando en aquella respuesta extraña de este sabio. Pero para evitar las dudas lo intentó.
Y se desafió a ser feliz, y él puso su alma y su concentración en intentarlo, y soño y fue gozoso de sus actos para lograrlo, ahora él esta soñando eternamente siendo pleno en aquella ilusión en la que vive y ahora la sonrisa no se le despega del rostro.
Agnadhi du Anghi